El pasado 21 de julio se realizó el conversatorio “Bienestar y Neurodiversidad: Una Mirada desde la Interculturalidad”, organizado por el Diplomado en Estrategias para la Educación Intercultural y Bienestar en el Aula. Con la participación del Dr. Carlos Garrido y la profesora Mg. Romina Oyarzún, la actividad abordó una pregunta clave para la educación chilena actual: ¿cómo transformar la escuela para acoger, de manera real y profunda, la diversidad que hoy habita sus aulas?
Uno de los datos más relevantes expuestos fue que un 8% del estudiantado en Chile corresponde a hijos e hijas de personas migrantes. Esto evidencia que la diversidad cultural ya no es una excepción, sino una característica estructural de nuestras comunidades escolares. A ello se suma la creciente visibilidad de estudiantes neurodivergentes, cuyas formas de aprender y relacionarse desafían los modelos tradicionales. Frente a este escenario, el llamado fue claro: la escuela debe dejar de exigir adaptación a estructuras pensadas para la homogeneidad, y comenzar a transformarse desde la inclusión, la empatía y la justicia.
Durante el encuentro, se enfatizó que hablar de bienestar implica mucho más que garantizar condiciones materiales o académicas: se trata de generar entornos emocionales seguros, relaciones significativas y un sentido de pertenencia auténtico. Esto requiere avanzar hacia una pedagogía flexible, contextualizada y abierta al diálogo intercultural, capaz de reconocer múltiples formas válidas de ser, sentir y aprender.
El conversatorio dejó en evidencia que la escuela del siglo XXI no puede construirse sin integrar la interculturalidad y la neurodiversidad como ejes centrales. En un país que cambia, la educación también debe cambiar: no solo para incluir, sino para transformarse. Porque el bienestar no se alcanza ignorando la diferencia, sino abrazándola como una riqueza esencial de la comunidad escolar.