La educación socioemocional y los vínculos afectivos son sin duda, la base para gestar una buena convivencia social. Pero ¿cómo se construyen vínculos afectivos en niños, niñas, jóvenes o adultas con sordera o pérdida auditiva? Sabemos que la comunidad sorda mantiene una lengua que le es propia, la Lengua de Señas Chilena y que nuestro país es oyente, en donde la lengua oral prevalece ante todas.
Lamentablemente, nuestra sociedad oyente tiende a segregar a las personas sordas, yaque existe esta gran brecha comunicacional, limitando los accesos a diversos lugares, entre ellos a la salud mental. Por tanto, ¿cómo podemos trabajar las emociones en estudiantes que mantienen esta condición? Los niños, niñas y jóvenes en situación de discapacidad auditiva suelen mantener dificultades en el manejo y conocimiento de sus propias emociones, pues la falta de comunicación con quienes les rodean y la carencia de profesionales preparados para comunicarse con ellos en su lengua, es abismante.
Por lo general, imperan los sentimientos de angustia, impotencia y rabia al no ser comprendidos al no tener respuesta ante sus necesidades básicas comunicativas y abundan las dificultades socioemocionales. ¿Cómo trabajamos en este contexto la educación socioemocional? ¿Cómo se asume esta responsabilidad en nuestro rol de docente? ¿Cómo nos hacemos cargo de estas necesidades? ¿Consideramos a nuestros estudiantes con algún tipo de discapacidad o diversidad funcional sujetos de derecho para acceder también a una educación socioemocional?
Son necesarios los espacios de reflexión docente sobre cómo abordar la educación y el bienestar socioemocional en todos los estudiantes y situar especial atención en quienes tienen algún grado de discapacidad, pues muchas veces sus dificultades emocionales son silenciosas y necesitan ser abordadas.