La instancia de la evaluación, tal como la hemos conocido y practicado por siglo está llegando a su fin, por obra y gracia de la inteligencia artificial: las pruebas finales con preguntas de alternativas, opciones múltiples o preguntas abiertas, con ejercicios difíciles de resolver, con ensayos o trabajos finales, y con todas la formas conocidas y canonizadas de evaluación pronto van a ser cosa del pasada, porque todas estas cosas se pueden hacer de manera más exacta, completa y con un sentido formativo más claro, por sistemas de evaluación automatizados, soportados por IA, ajustados a características y ritmos de aprendizaje de cada estudiante. Lo que tenemos al frente no es un simple cambio incremental, que haga más eficiente y perfecto el modo como se evalúa en educación superior, sino una transformación que va a redefinir en su esencia esta instancia, el modo como se la concibe y como se la engacha con los protocolos de enseñanza, que son la otra cara de esta moneda.
¿Cuáles son los principales cambios que se van a asentar, muy pronto? Les comparto un resumen de los más importantes consignados por K. Fernández Mármol en “Docencia en la era de la inteligencia artificial: Enfoques prácticos para docentes” (Universidad de Burgos, 2024).
1. Automatización: La corrección manual va a desaparecer por completo. Hoy podemos lograr resultados muy superiores con herramientas de IA como ChatGPT, Gradescope o ZipGrade. Vas a poder aportar a los estudiantes retroalimentaciones más completas y completas, vas a poder ahorrar mucho tiempo y vas a mitigar de manera importante ese sesgo de subjetividad que transforma la evaluación, en el ago poco objetivo. Esto te va a permitir, además, tener más tiempo para personalizar tu enseñanza, para interactuar más con tus alumnos.
2. Assessment continuo y personalizado: Hoy en día la mayoría de nosotros califica a los alumnos con un par de notas intermedias y un examen final, porque es demasiado exigente plantear una evaluación más continua, con un sentido formativo, por temas prácticos. Eso va a terminar. La IA te pemite monitorear el progreso de tus estudiantes de manera continua, creando preguntas y tareas ajustadas al nivel y a la realidad de cada estudiante, lo que te va a permitir brindarle a cada uno de ellos una ruta propia hacia el aprendizaje, sin tener que pasarte días y noches inventando rúbricas, pruebas, etc. No solo vas a poder hacer lo que todos sabemos que hay que hacer, sin destinar tanto tiempo, en forma personalida. La IA te va a permitir identificar rápidamente a los estudiantes que necesitan ayuda adicional y ofrecerles una atención dedicada, que hoy es inconcebible.
3. Retroalimentación instantánea: Para que la evaluación cumpla con su propósito formativo es necesario retroalimentar a los estudiantes de manera inmediata, en cada momento de su proceso de aprendizaje, lo que les va aportando información clave para ir aprendiendo de sus errores y mejorar de manera más rápida. Hoy en día esto es una quimera, porque lo normal es que nos tomemos mucho tiempo para entregar a los alumnos las calificaciones. Con la IA esto es cosa de segundos: en un instante ellos van a poder contar con los resultados, acompañadas con orientaciones para la mejora y con recomendaciones que les van permitir enfrentar de mejor manera todo lo que viene.
4. Complejidad: La evaluación tradicional, en educación superior, tiende a medir la el éxito en la asimilación de información y el logro de formas de comprensión básicas. Lo que se evalúa, finalmente, son contenidos y no capacidades, porque hacer esto último es sumamente difícil, porque lo que te necesitas es ir sometiendo a los estudiantes a escenarios de la vida real y plantearles allí desafíos contextualizados, que puedan resolver a partir de la materia. Con la inteligencia artificial esto es sencillo de realizar (lo puedes lograr en cosa de segundos con ChatGPT). Eso te va a permitir dejar las cosas simples en el pasado y pedirle a tus estudiantes que resuelvan problemas complejos, que sean creativos, que aborden estos desafíos con una mirada crítica, trabajando tanto el prefrontal como el cerebro emocional de tus estudiantes. Hay todo un mundo de posibilidades acá, que recién comenzamos a vislumbrar.
Revisa el texto de K. Fernández Mármol que te comparto. Vas a encontrar ahí prompts que te van a permitir aprovechar el potencial de la inteligencia artificial para mejorar tus competencias en evaluación.
Por Ignacio Muñoz Delaunoy, director del Postítulo en Aprendizaje Basado en Competencias para la Educación Superior.